En caso de que el operario despedido no haya dado inicio a la pelea, sino que solamente haya intentado resguardarse, defenderse o rebatir la agresión de un tercero, no existen argumentos para despedirlo con causa. Si el trabajador intencionalmente da inicio a la riña, el despido estaría -en principio- justificado, no correspondiendo indemnizar al empleado en modo alguno.
En primer término, debe destacarse, que la pelea en el ámbito laboral por si sola, si bien implica violación de los deberes de comportamiento del trabajador, no puede esgrimirse como causa objetiva justificativa de un despido.
Ahora bien, si la expulsión del empleado igualmente se produce sin evaluar la situación concreta del evento, ni tener en cuenta la actitud y los antecedentes de los involucrados, así como las consecuencias que el acaecimiento del hecho produjo en el ámbito de labor, el despido así dispuesto se torna injustificado, produciendo las consecuencias indemnizatorias previstas por el régimen legal.
Para evitar errores, siempre deberá indagarse el grado de participación del empleado en el conflicto.
Trabajador que no dio inicio a la pelea.
En caso de que el operario despedido no haya dado inicio a la riña o pelea, sino que solamente ha intentado resguardarse, defenderse o rebatir la agresión de un tercero, no existen argumentos para despedirlo con causa, ya que se limito a ejercer su derecho a la legítima defensa, salvo -claro esta- en supuestos de reacciones totalmente desmedidas y desproporcionadas.
Trabajador que dio inicio a la pelea.
Distinto es el caso del trabajador que intencionalmente da inicio a la riña. En este supuesto, y a nuestro criterio, el despido estaría -en principio- justificado, no correspondiendo indemnizar al empleado en modo alguno.
Aplicación a casos de agresión y/o violencia verbal.
No debemos olvidar que, todo lo dicho, se aplica tanto a la agresión y/o violencia física como verbal (por ejemplo, insultos graves, etc).
MAS INFORMACIÓN AL RESPECTO